lunes, 24 de febrero de 2014

RESIGNACION PARA TIEMPOS DE CRISIS


Cerca del lugar en donde vivo hay varios desarrollos urbanos que se han quedado abandonados, o por lo menos momentáneamente a medio construir. Todo tuvo su explicación cuando supe que la burbuja inmobiliaria, no solamente había afectado a Estados Unidos sino que estaba causando estragos alrededor del mundo. Obviamente estoy hablando del año 2008.

Todos hemos escuchado sobre la caída del banco Lehman Brothers, con lo cual un castillo de naipes, o mejor dicho de “ladrillos y concreto”, se vino abajo dejando en evidencia lo inflado que estaba en realidad el mercado de la construcción. Es decir que todo mundo estaba construyendo, pero sin ponerse a pensar en quien era el que iba a comprar. De esta forma finalmente nos hemos quedado con un montón de construcciones vacías, y un montón de personas que tienen que vivir amontonadas en espacios pequeños. Esa es la paradoja actual en muchos países, incluyendo México.

Pero solo necesitamos tirar un poco del hilo, para darnos cuenta de que en realidad la situación de la crisis actual que vivimos viene desde la burbuja de “las punto com” (en realidad es un lastre que arrastramos junto con el resto de las burbujas anteriores a ésta). Dicha burbuja fue alimentada por la entrada del neoliberalismo en buena parte de los países hispanos. Desde luego no estoy insinuando que el neoliberalismo sea algo malo, aunque algo de malo si que tiene. A lo que me refiero, es a que muchos de los países en los que entró el neoliberalismo, desde mediados de la década de los ochenta, no estaban preparados socialmente para este esquema económico y político. Esto si que a causado muchos problemas y conflictos, de los cuales los beneficiarios han sido los mismos de siempre.

Lamentablemente después de escuchar a varios economistas, de varias partes del mundo, uno llega a la conclusión de que, poco es lo que podemos hacer nosotros los ciudadanos de a pie respecto a esta crisis que llegó desde hace varios años. Y no será sino hasta dentro de unos cuantos años más (siendo optimistas) que esta crisis empiece a remontar poco a poco. Pero aunque sea poco lo que podamos hacer, también es muy cierto que tenemos que hacer algo, aunque de poco sirva, ya estamos en medio de esta situación y no nos queda de otra.

En este artículo me gustaría dejarles unas cuantas recomendaciones, pocas y muy obvias, que podemos llevar a acabo nosotros, no para mejorar la crisis, sino por lo menos para sobrevivir a ella, dentro de nuestras posibilidades.

Información es poder… por lo menos, un poco.

La primera recomendación que yo le haría a todo mundo sería mantenerse informados. Estar al pendiente de noticias en las redes sociales, en los medios convencionales, en todas las formas en las que puedan llegar a nosotros pedazos de la información con la cual tendremos que ir armando rompecabezas del panorama mundial. Aunque como ya les dije, de nada nos va a servir tener un panorama de cómo está la situación en general en el mundo (una big picture), pero no tener este panorama si nos puede perjudicar en nuestra vida, por ejemplo a la hora de tomar alguna decisión económica importante, o la prospección de las posibles formas en las que nuestra vida se pueda desarrollar.

Serenidad y paciencia.

La segunda recomendación, que yo les podría hacer seria tener fortaleza mental y emocional. Para esto es muy importante tomar en cuenta el punto número uno, que era mantenerse informado sobre la situación a nivel mundial. De esta forma tienes más elementos que puedan forjar tu fortaleza mental. Para tener fortaleza mental es necesario también tener fortaleza emocional, para esto es muy útil, por ejemplo, mantener un diálogo interno y comprender un principio vital que es que: “No somos responsables de todo lo que nos pasa”. Y créanme cuando digo que, dentro de los próximos años nos pasarán muchas cosas, de las cuales no seremos responsables, aunque muy probablemente los medios de comunicación tratarán de responsabilizar a los ciudadanos de lo que está pasando, como ya está sucediendo en otros países más golpeados por la crisis.

Debemos tener en cuenta que, de lo único que nosotros como personas, somos responsables es de nuestras acciones y de la forma en la que nos afectan las cosas externas. Es decir yo no soy responsable de que un banco entero se haya ido a la ruina, pero si soy responsable de la manera en la que esto puede afectar a mi estado de ánimo o afectar a la manera en la que realizo mis actividades diarias.

Otro ejemplo podría ser que, yo no soy responsable de que el banco se quede con alguno de mis inmuebles. Generalmente este tipo de cosas suceden solo cuando una persona no es capaz de pagar algún tipo de préstamo, o a causa de una situación financiera en especial. Pero dudo mucho que alguien en su juicio, y en posibilidad de pagar la deuda, no lo haga simplemente por el placer de no pagar. Todos queremos pagar nuestras deudas, lo mas pronto posible, y si no lo hacemos seguramente es por cuestiones ajenas a nuestra voluntad o capacidad. Por lo tanto ninguno somos responsables de no poder pagar algo, si estamos en una situación donde no podemos acceder a ningún ingreso económico debido a la situación actual.

Pero si soy responsable de no permitir que esta pérdida afecte por ejemplo mi vida laboral, o la vida con mi familia. Durante toda nuestra vida hemos escuchado esta frase clásica, donde nos dicen que “las cosas materiales no son lo más importante y lo que realmente importa es la familia, las amistades y en general las personas”. Bueno pues durante los próximos años vamos a tener muchas oportunidades de poner este viejo dicho en práctica. Por que de seguro no nos va a quedar de otra.

El consumismo esta en la mente.

Los recursos económicos dentro de los próximos años sufrirán una reducción muy visible, en todos los países. Mucha gente está dejando de comprar alrededor del mundo, esto debido también a la reducción de los recursos naturales del planeta, no es un secreto para nadie el hecho de que los seres humanos a diario consumimos demasiados recursos (algunos mas que otros por cierto), y aunque esto es conocido por todos tal pareciera que hemos decidido ignorarlo, y no sólo eso sino que además hemos decidido embriagarnos de consumismo. Pues parece que ahora hemos llegado al momento en el que tendremos que dejar nuestra borrachera, no porque queramos, sino porque se nos ha terminado el alcohol. Y lo peor de todo es que ahora nos tendremos que enfrentar al síndrome de abstinencia.

Esto me recuerda a algo que comentábamos en Antimateria Podcast. En una ocasion mi compañero Argel hablaba sobre la historia del budismo, particularmente la historia de la vida de Siddharta Gautama, posteriormente conocido como Buda. El cuál en las primeras etapas de su vida vivió adentro de un castillo, sin conocer ningún aspecto del exterior, dentro del cual nunca conoció el sufrimiento. Luego a salir de este castillo se dio cuenta de que todo lo que ha vivido había sido una fantasía, que la vida real no era lo que el había conocido hasta ese momento, y que la realidad se basaba en el dolor.

Quizás sería muy útil para nosotros, llegados a este punto de la economía mundial, en donde el capitalismo pareciera no dar más de si, adoptar la misma postura que Buda en su momento adopto frente al sufrimiento y el dolor. Según la opinión de algunos economistas nuestra economía hasta ahora ha sido una ilusión. Ahora nosotros, por nuestra parte, tendremos que enfrentar el hecho de que nuestra aparente bonanza de décadas anteriores, se ha ido para no regresar hasta dentro de mucho tiempo, y tendremos que enfrentarnos al dolor. Buda descubrió pronto que no se podía eliminar o eludir al dolor directamente. Decidió entonces atacar a la causa del dolor en lugar de al dolor mismo, el cual es el deseo.

La eliminación del deseo en las circunstancias económicas actuales quizás sea el enfoque mas positivo para nosotros. Aunque también será una postura muy difícil, pues nos encontramos sumergidos en una sociedad del consumismo. Probablemente debamos eliminar primero a la sociedad del consumismo, antes de poder eliminar al deseo, para de esa manera eliminar el dolor de la crisis.

Never cease, never surrender.

La última recomendación que tendría, para poder enfrentar esta crisis, seria tener resistencia y perseverancia. Como siempre es muchísimo más fácil decirlo que hacerlo.

En últimas fechas he vivido la necesidad de tener resistencia y perseverancia a manera personal. Esto me llevó al descubrimiento de límites físicos y de maneras en las que funcionan particularmente mi mente y particularmente mi cuerpo, bajo ciertos requerimientos, al tiempo en que descubro maneras de llegar a nuevos niveles de resistencia personal. En este punto mi recomendación sería que individualmente cada uno de nosotros, dentro de nuestras posibilidades, nos sometamos a pequeñas cargas de estrés por medio de pequeñas situaciones de exigencia personales, en las que podamos probar nuestros límites tanto físicos como mentales.

Estos podrían ser ejercicios prácticos, como por ejemplo, tener una caminata intensa durante todas las mañanas sin permitirnos fallar un solo día. Otro ejemplo podría ser, ponernos el pequeño reto de leer a conciencia cierto libro (que llevamos intentando leer durante meses), y de la misma manera no permitirnos utilizar más tiempo del que nos hemos impuesto en un principio. Éste tipo de ejercicios simples llevados durante una buena cantidad de tiempo (un año, dos años, tres años, o el resto de nuestras vidas) sin lugar a dudas nos darán una buena idea, y un buen entrenamiento respecto al desarrollo de nuestra resistencia y perseverancia.

Y es que en materia de la resistencia y la perseverancia personales, no existe conocimiento teórico que sea útil. El desarrollo de estas facultades son un aspecto práctico y personal de la vida. Sólo podremos hacernos más resistentes poniendo a prueba nuestra resistencia, ni una palabra más ni una palabra menos.

De tripas corazón.

Así que estas son algunas de las recomendaciones, como lo dije al principio: pocas y muy obvias, que valdría la pena tener en cuenta para los tiempos que se nos  avecinan. Aunque quizás lo más interesante de este artículo no sean estas recomendaciones en sí, sino el hecho de ponernos a pensar, de manera activa cada uno de nosotros, en las recomendaciones que nos haríamos a nosotros mismos, para poder enfrentar el momento difícil a nivel mundial que estamos viviendo.

La crisis llegó para quedarse, así que más vale que nos vayamos acostumbrando a hablar de ella, y escuchar que otros hablen de ella. Pues a mi punto de vista la crisis es como nuestra vecina: no podemos evitar que esté al lado nuestro, pero sí podemos hacer lo necesario para llevarnos bien con ella… o por lo menos lo necesario para no matarnos mutuamente.

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