martes, 22 de julio de 2014

LAS "TRES ENES".


Solo existen tres grandes verdades inamovibles en el universo.

-Uno, que el programa de Laura Bozo va a seguir teniendo éxito, a pesar de lo malo que es, de que todo el mundo se queja de él, y por lo tanto lógicamente nadie lo ve. Lo cual es un misterio.

-Dos, que todos nosotros nacimos después, y moriremos antes que Chabelo.

-Y numero tres, que la vida es una constante decepción.

Afortunadamente para ustedes solamente voy a hablar de la numero tres. Mi vida es decepcionante y sus vidas también son decepcionantes. Si no me creen mírenme a mi, chaparro, negro, obeso, feo, esquizofrénico, desempleado, antisocial, pobre, con un enorme vacío existencial… y aun así, son ustedes los que están aquí leyendo mi blog y poniéndome atención. De verdad que son patéticos.

La vida nos lleva a acostumbrarnos a las decepciones.

Por ejemplo en los 90s yo me emocionaba con Alvin y las ardillas. Para los adolescentes estúpidos que puedan llegar a leerme Alvin y las ardillas, además de una desfasada película de Hollywood, fue una caricatura en los noventas. De hecho sus inicios fueron como marionetas en los 50s (creo), pero lo mejor de ellos vino en los 80s y 90s, con su serie de dibujos animados. Trata sobre tres ardillas que, no solo hablan, si no que además cantan.

En el momento en que esto sucede, y en contra del sentido común, nadie sale corriendo, o las rocía con agua bendita. Muy al contrario, a la gente le gusta, las quiere escuchar y todos compran sus discos. Yo he visto a mucha gente asustarse en la vida real cuando repentinamente habla un perico. Imagínense que pasaría el día que una ardilla cante en la vida real.

Nosotros no nos damos cuenta, pero nos hizo mucho daño a la gente de nuestra generación el haber crecido con la idea de que tres ardillas, arriba de un escenario y cantando mal, estaba bien. Por eso ahora tenemos cantantes como Justin Bieber o series como Glee.

Otra cosa decepcionante de cuando niños son los shows infantiles. No se porque la gente se empeña en hacer versiones mas baratas de los shows infantiles de moda, para hacer presentaciones de esos shows infantiles modestos, en el patio de sus casas. Tenemos que detenernos a pensarlo por un momento, los adultos toman algo que ya esta bien hecho, lo recrean de manera defectuosa, le quitan todo lo importante y se lo presentan de forma corriente a los niños.

Si lo que quiero es tomar algo bueno, volverlo malo, y enseñárselos a los niños, los inscribo en una clase de catecismo y ya está.

Y ahora que menciono al catecismo, otros de los personajes infantiles que de niños nos decepcionan, son los reyes magos. Para quienes tengan la dicha de no ser religiosos, y no tengan la menor idea sobre religión, los reyes magos son esos señores que visitaron a Jesucristo cuando nació, y le llevaron tres regalos, oro incienso y mirra.

Yo siempre he pensado que si tuviera un hijo y llegan tres tipos de barba y pelo largo, usando vestidos, y diciendo que vienen a visitar a mi hijo, y le traen regalos… inmediatamente le hablo a una patrulla, al DIF y hasta al arquitecto Benavides.

Pero les estaba comentando sobre los reyes magos, específicamente los reyes magos de las plazas comerciales o que están en la calle, generalmente ellos tampoco le ponen mucho empeño a su trabajo. A quien de niño no lo acercaron una vez a algún rey mago callejero y les dijeron:

- Quionda hijo que quieres que te traigan tus pap… ah, los reyes mag… los… nosotros.
- ¡Quiero que me traigan a un policía si no me suelta usted en este momento!

Los padres son unos inconscientes, yo no entiendo bajo que concepto se les ocurre que está bien dejar, aunque sea por un momento, a sus hijos en las piernas de una persona, cuya vida lo ha llevado a aceptar el trabajo de vestirse de Santa Claus, o Rey Mago, en medio de la calle, en un día de monterrey a 35 grados centígrados. ¿A caso piensan que este hombre dejo su cátedra de filosofía humanista, para venir a ponerse una botarga y barbas en medio del sol, a causa de su cariño hacia los niños?

No sabes lo que puede estar debajo de ese traje, un exconvicto, un asesino serial, un sacerdote, todas cosas horribles.

Luego de tantas decepciones de niño llegué a la conclusión de que, la única manera de no decepcionarse es: “no esperar nada de nadie nunca”. Yo le llamo, las “tres N” de la vida, uno debe vivir bajo el supuesto de no esperar Nada de Nadie, Nunca.

Por ejemplo seguramente ustedes han venido a este artículo, dentro de esta paginucha olvidada en un rincón de Internet, esperando divertirse, o quizás con la intención de aprender algo nuevo. En lugar de esto, ahora que han terminado de leer este articulo, se largaran con un buen ejemplo práctico de lo que es experimentar la decepción, por ustedes mismos.

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